Among the many measures that the Spanish government put in place as a result of the declaration of a state of emergency due to Covid-19 was the suspension of the deregulation of foreign direct investment in Spain, establishing a general prior authorisation requirement for them, whereas in the past this was required only on an exceptional basis, in the case of investments made by non-residents of EU member states and countries not party to EFTA (although this requirement did apply to the latter until 2024, inclusive, on a transitional basis). With the approval of Royal Decree 571/2023, which further develops the law’s generic wording, the screening regime on foreign investment is now made permanent; we set out the main changes it introduces.
Entre las muchas medidas que el Gobierno adoptó como consecuencia de la declaración del estado de alarma durante el COVID, destacó la suspensión del régimen de liberalización de las inversiones extranjeras directas en nuestro país, generalizándose la necesidad de obtener autorización para inversiones extranjeras, prevista solo excepcionalmente, cuando fueran realizadas por residentes de países ajenos a la UE y a la Asociación Europea de Libre Comercio ("AELC"), si bien transitoriamente (hasta 2024 inclusive) también se extendió a las de dicha procedencia. La aprobación ahora del RD 571/2023, que desarrolla las escuetas previsiones legales, evidencia la vocación de permanencia del régimen de control de inversiones extranjeras del que destacamos aquí algunas de sus novedades más relevantes.